persigo
una voz
que se niega
a
apagarse como olvido
y
negarse como evidencia:
del vellocino dorado
con que cubrimos
el anhelo
a pasos, labio,
viento y pretextos...
Aún
tiembla
en los poros
un amanecer expectante,
enternecido
con la huída esperada
y la promesa ausente.
a paso de sueño
tu lejanía
no sabe
a imposible...
Y en efecto.... a veces no se sabe cómo llenar tanto... Bravo MaLa!!!
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