domingo, 20 de marzo de 2011

Sin correspondencia

Como carta perdida
en el buzón equivocado
resbalo en manos ajenas
y abrazos vacíos,
en hombres-vaso
que intentan
mitigar el desamor propio
a besos y promesas.
No importa de quién
o cuándo, dicen,
mientras cubra la cuota
de compañía
y amaine el ego herido.
Una carta
ya sin palabras,
papelito ciego
a fuerza de lágrimas,
un alma sin nombre
que olvidó
cómo y dónde
llegar
al destino correcto...