domingo, 11 de julio de 2010

Ignotas maulladoras

Cuando despertó su cuerpo aún estaba allí...

Era una fémina: tenía manos, cuerpo, vagina... Los vellos se habían convertido en bigotes y, algo en la memoria, le hacía pensar que una cucaracha no era, pero una maulladora por convicción sí.

Sea pues bienvenido el maullido eterno de las mujeres.

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