sábado, 18 de septiembre de 2010

Me acuso:

de ser lo bastante estúpida
como para imaginar
algo entre tú y yo...
Si apenas soy la sombra
de lo que esperabas
en alguien más
y, definitvamente,
no está aquí ni soy yo.

Bañada de coraje,
teñida de sudor,
exprimida de lágrimas
le rezo en la orillita
de la cama
a quien amé
inmensamente
sin más recompensa
que las caricias
regaladas a un
animal que se quiere.

Desearía comerme
labios y palabras
antes que pronunciarlo,
pues con
esta infestación
de ti me basta:
me acuso
de creer
que existes
para mí.

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