martes, 19 de octubre de 2010

Caídos

los brazos,
la conciencia marchita,
exprimidos los recuerdos,
el alma toda en vigilia
a la espera
de la luz
que se extingue
en tu sombra frágil...

Somos apenas
capullo de rencores,
besos petrificados,
sonrisas desfiguradas
apretándonos
el mismo pecho
acogedor
que hoy
sólo
sabe despedir
un hedor
a exilio lento...

El puerto
al que arriban
unos lo llaman
odio,
yo prefiero
desamor
o amor
en otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario